José Martí fue un político republicano democrático, pensador, escritor, periodista, filósofo y poeta cubano de origen español, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria. Nació en La Habana el 28 de enero de 1853 y dejó un enorme legado en cuanto a pensamiento político, social y educativo, que también es parte de las ideas de la llamada "Generación del 900".
En ese entonces, la educación en América Latina era autoritaria, memorística y además llegaba sólo a una minoría de la población, dejando un saldo enorme de analfabetismo y de ignorancia. Por eso, Martí criticó ese tipo de educación. Abogó, además por la educación de los trabajadores, las mujeres, los pueblos originarios y las personas con problemas motrices.
Para Martí la educación era mucho más que dotar al ser humano de un conjunto de conocimientos, por ello la distinguía de la instrucción, planteando que así como ésta se dirigía al pensamiento, aquélla influía sobre los sentimientos .José Martí reconoce que no hay una buena educación sin instrucción, según él, la educación tiene un sentido más noble, más responsable y amplio, porque su mensaje consiste precisamente en darle un sentido a la vida.
Martí sostiene que la educación debe enseñar al hombre para que comprenda su época, que sea dinámico y creativo, para que pueda salir a flote en la solución de problemas sociales en el medio en que vive.
Martí afirmaba que para colocar al hombre a nivel de su tiempo era necesario aprender a aprender y que sea capaz de continuar aprendiendo de forma permanente a lo largo de su vida. Asimismo, los conocimientos, habilidades, procedimientos y estrategias debían de apropiarse a través de otros medios que no sean solamente el centro educativo tradicional.
José Martí entendió que la educación debía desarrollarse teniendo en cuenta las tradiciones culturales y morales de los pueblos, por ello se opuso a la idea de copiar a la sociedad norteamericana.
Breve descripción del pensamiento de José Martí¿En qué educar?
Para Martí, se debía enseñar al hombre a:
1. Tener criterio o pensamiento propio.
2. Vivir por sí mismo, de forma independiente y con decoro.
3. Investigar, relacionarse y hacer uso público de la palabra. “Edúquese en el hábito de la investigación y en el ejercicio constante de la palabra"
¿Cómo educar?
1. Las relaciones educando-educador deben basarse en el respeto. “Siéntese el maestro mano a mano con su discípulo, y el hombre mano a mano con su semejante”
2. La enseñanza debe ser integralmente activa, dando oportunidad al educando de participar. Martí fue partidario del diálogo entre maestro y educando. “Se debe enseñar conversando", afirmaba
3. Educar en estrecha unidad con la vida, con un sentido práctico fundado en la moral.
4. Procurar una doble continuidad en la educación: entre los contenidos y materias impartidos, y entre una etapa de la vida y otra.
5. Ajustar la educación al tiempo histórico y al lugar donde se vive.
6.Para Martí, el verdadero conocimiento no es el que se logra con la imitación o la repetición, sino el que se adquiere creativamente. .
Máximas de la educación:
1. Enseñar al individuo a conocer cuáles son sus derechos y deberes.
2. Educarlo en el cumplimiento del deber como primera garantía para el respeto a los derechos de los demás.
3. Prepararlo para que pueda defender sus derechos en caso de que éstos no sean respetados.
4. Enseñarle a estimar y a respetar los valores en que se sustentan los derechos subjetivos, presididos por la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad.
5. Formarlo para que sea un hombre justo, capaz de equilibrar el ejercicio de sus derechos con el cumplimiento de sus deberes; y para que sea responsable, y elija modalidades de actuación en las que esté presente siempre el otro, con sus derechos.
Martí concibe el modelo educativo con una función social transformadora de las condiciones socioculturales y económicas de la población en general. Tiende puentes para que la educación ofrezca oportunidades reales para el desarrollo integral del sujeto educativo, el cual se expresa en la necesidad de contar con un currículum educativo que propicie la formación humanista, artística, política, científica y técnica. Estos aspectos son viables en el contexto de procesos de enseñanza y aprendizaje que permita el descubrimiento, la exploración, el diálogo y la consciencia social. Estos procesos requieren ser tomados en cuenta en las modalidades educativas formal o no formal.
Para este educador cubano, el vínculo entre el estudio y el trabajo, la importancia de la relación entre lo instructivo y lo educativo, el cultivo de los nuevos conocimientos a través de las interrelaciones, el tipo de comunicación y la formación de valores en los alumnos, eran necesarias para que el ser humano se emancipe, pueda pensar libremente y esté preparado para la vida.
Según su pensamiento, el proceso de educación debía ser una unidad dialéctica entre teoría y práctica. A través de la práctica se descubren los conocimientos, debido a que es una fuente de imaginación, de creación, y de formación de valores. El maestro, a su vez ayuda a generar la vinculación entre los conocimientos teóricos y la vida práctica de sus alumnos, que puedan ver, tocar, utilizar y experimentar con los materiales que observan en su cotidianidad.
La pedagogía martiana fue concebida sólo para latinoamericanos y tiene como centro la defensa de la cultura de estos pueblos. El afán de Marí era lograr una América unida, y la integración sólo sería posible si se lograba una comunidad de intereses culturales.
Recomendamos esta producción audiovisual que relata la vida y obra de José Martí:
Frente a la pedagogía positiva basada en las teorías de Comte, Spencer, entre otros, y representado en la Argentina por Sarmiento que planteaba la necesidad de educadores traídos de Europa, aparece en 1989 un movimiento que recupera la perspectiva latinoamericana:
El modelo de la generación del 900, se propone educar para la vida. Plantea un modelo social anclado en una perspectiva local, para la integración nacional y que promueve la igualdad de oportunidades. Plantean la necesidad de que la inclusión social provenga de la cultura, y es así que se promueve un modelo Nacional-Social que se enraíza en una cultura común latinoamericana que tiene sustento en la construcción de 4 tipos de ciudadanía: democrática, social, intercultural y ambiental. De este modo, la educación debería ponerse al servicio de la cultura que genera la comunidad.
Martí, Ugarte, Vasconcelos, Ureña (entre otros) plantean la necesidad de una educación que apunte a adquirir competencias para la toma de decisiones en tiempos de incertidumbre y que promueva una identidad sólida para la región cultural de América Latina poniendo de relieve el carácter político y transformador de la educación.
Manuel Ugarte : Educar para consolidar la identidad nacional. ” El Porvenir de la América española” de 1910- Hay que construir un bloque que rehaga la obra de España y Portugal.
Podemos observar claramente las variables constitutivas de su pensamiento político continental canalizadas a través de una variable principal conformada por el problema de la cuestión nacional y por tres variables dependientes: la cuestión social, la económica y la cultural. Todo lo que existe dentro de nosotros, toda la acción directa o indirecta de que somos nervio, ha de desarrollarse en la región en que nacimos, al servicio de las fuerzas que fatalmente debemos representar. La patria no depende de nuestra voluntad, es una imposición de los hechos. Limitarla, reducirla, hacerla nacer artificialmente, es tan dificil como renunciar a ella en toda su plenitud cuando existe. Ante todo somos americanos de habla española, es decir, brotes paralelos de una revolución que se sienten unidos por semejanzas fundamentales y entienden defender en conjunto su independencia y su misión histórica. Avanza sobre un programa pedagógico. Plantea cuáles son las herramientas alternativas al sistema del positivismo
Pedro Henríquez Ureña fue profesor de Filosofía y Letras y el representante clásico del pensamiento humanista nacional hispanoamericano. Tenía una clara posición antiimperialista, definida como un humanismo cultural hispanoamericano que exigía reformas sociales y políticas, puesto que su actitud rechazaba todo reduccionismo estetizante. Insistía en que “hay que acostumbrar al estudiante a leer mucho y hay que comprobar si lee, hay que habituarlo a la lectura de obras difíciles, allanandole la vía con explicaciones y aclaraciones de orden histórico pero también haciéndole comprender que nada de sólido y de duradero se alcanza sin trabajo (…) Aprender no es solo aprender a conocer sino igualmente aprender a hacer.”
José Vasconcelos : En 1920 fue nombrado rector de la Universidad Nacional de México. “Yo no vengo a trabajar por la universidad, sino a pedir a la universidad que trabaje por el pueblo.” Adecuaba su pensamiento a la acción, pues “desde que constituye un gobierno, una revolución tiene que volverse creadora y serena, constructiva y justa”. Creó las famosas misiones culturales. Todos los miembros de cada misión debían estudiar sobre lo dicho, la geografía, la historia y la antropología de la región a la que habrían de ser enviados. Se hacía todo lo posible, con resultados sorprendentes a menudo, para preparar completamente a aquellos hombres y mujeres para su futuro trabajo. Gabriela Mistral, sobre el proyecto vasconceliano, expresa en un texto: ”lo que se destaca es el esfuerzo en favor de la enseñanza del indio, la preponderancia de la educación primaria por encima de la universitaria y la índole radicalmente práctica con la que se busca hacer de México una nación industrial de primer orden. Así se podrá detener la invasión económica, la invasión política.
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