Todo un país en lucha por la educación pública





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Este cuatrimestre no empezó normalmente. Desde el pasado seis de agosto 57 universidades de todo el país luchan contra el desfinanciamiento y el vaciamiento de la educación pública.


Frente al reclamo que los docentes y no docentes universitarios vienen realizando desde hace meses, el Gobierno Nacional ofrece una y otra vez la misma oferta: un aumento salarial del 15% en un contexto en el que la inflación es superior al 30%.


Pero la quita de recursos no se evidencia solamente en los salarios, sino que las partidas presupuestarias en todo lo relacionado a proyectos de educación pública también se han reducido. “Hay que remontarse muy atrás para encontrar una situación universitaria como la que estamos viviendo hoy en día, y que no tiene que ver solamente con la cuestión salarial sino que es un combo que empieza con un presupuesto que no alcanza porque está golpeado fuertemente por la inflación, a lo que se suma la sub-ejecución y los recortes”, aseguró a La Nueva Mañana Carlos De Feo, titular de la Federación Nacional de Docentes Universitarios CONADU. Incluso, CONICET canceló todas las misiones de colaboración institucional por falta de fondos. El mismo día en que el gobierno anunciaba al exterior un aumento de la investigación argentina, los equipos de investigación recibían llamadas desilusionadoras, que evidenciaban que no seguirían recibiendo presupuesto por su trabajo.



Hasta agosto, el Gobierno había girado a las universidades sólo los gastos de funcionamiento de enero y febrero. La situación es tan grave que algunas universidades no pueden afrontar sus gastos corrientes de energía eléctrica y gas. 20 universidades ya plantearon la emergencia presupuestaria.


Frente a este contexto crítico, la mayoría de los estudiantes y egresados se unieron al reclamo de los docentes y no docentes, acompañando a las medidas de fuerza. En facultades de todos los puntos del país hay tomas. Esto incluye la Universidad Nacional de Rosario, Universidad del Litoral, Universidad de La Pampa, Universidad de Santiago del Estero, Universidad de Buenos Aires, nuestra UNC, entre otras. Además, se realizan marchas multitudinarias en defensa de la educación pública.
Mientras tanto, el gobierno de Mauricio Macri y el gabinete de Educación liderado por Finocchiaro parecen no darse por aludidos en esta situación, que se convirtió en una lucha de todo el país. Evidentemente, la inflexibilidad de Macri en este asunto responde a la promesa que le ha hecho al FMI de reducir el déficit fiscal, a cambio de crédito.


A su vez esta lucha parece que pierden relevancia en la agenda política que marca el monopolio mediático. Con la reciente subida del dólar los reclamos acerca del presupuesto universitario parecen haber pasado a un segundo plano. Sabiendo que tenemos una economía dolarizada, se entiende que la cotización del mismo es un problema que afecta y abarca a mayor parte de la población. De todas maneras el pueblo se ha hecho presente en las calles, y en contrapartida a lo anteriormente mencionado, muchos trabajadores enojados por los ajustes y la situación económica encontraron refugio en marchas a favor de la universidad pública. Por eso creemos que esta causa educativa puede ser también una forma de protestar, no solo contra ajuste educacional, sino también contra una forma de hacer política


A cien años de la Reforma Universitaria, el pueblo pide que no se avasallen los derechos que consiguió y de los que todos hacemos bandera. Seguiremos luchando en contra del ajuste de las políticas neoliberales, y la falta de respuesta no logrará invisibilizar u opacar la lucha. Mientras más nos quieran olvidar, más fuerte gritaremos en defensa de la universidad pública y gratuita.

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